POLÍTICA PARA TODOS

1 de marzo 02/01/2009

Cuando el presidente de la Xunta de Galicia decidió que el 1 de marzo del año que acaba de comenzar se celebrasen las elecciones autonómicas con dos meses de adelanto, lo hacía con una intención, y ésta era, según sus propias palabras «contar con un espacio propio«; es decir, se pretendía que las elecciones gallegas no coincidiesen con las otras dos citas electorales que se van a celebrar en este primer semestre del 2009, las autonómicas vascas y las elecciones al Parlamento de Europa.

Pues bien, la primera en la frente, ya que según ha anunciado hoy el lehendakari Ibarretxe, las elecciones vascas también se celebrarán el domingo 1 de marzo, es decir, en menos de dos meses.

Vista la información, la reflexión es evidente, ¿a quién beneficia y a quién perjudica esta coincidencia? Está claro que el último en tomar una decisión parte con una ventaja clara, y es el ya saber lo que van a hacer tus «rivales».

A la población general de ambas comunidades no les influye de manera determinante la fecha en la que tienen que votar, pero en términos políticos podríamos decir que el gran benificiado es el PNV y, sin duda, el gran perjudicado de esta coincidencia es el PSOE.

Beneficio para el PNV porque obliga a los líderes estatales a repartirse entre ambas comunidades en vez de la posibilidad de centrar sus esfuerzos en una sola cita electoral, y también es beneficiosa esta fecha para el PNV y el nacionalismo porque cuanto antes sean las elecciones evitará que se agudicen las discrepancias en el tripartito que ahora gobierna en Euskadi.

Y perjudicial es, sobre todo, para el Partido Socialista porque con opciones reales de finalizar gobernando en ambas comunidades se puede encontrar con que el 2 de marzo no gobierna en ninguna de las dos. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Rodríguez Zapatero, tendrá que hacer malabarismos con visos de magia para conseguir contentar tanto a los socialistas gallegos como vascos en lo que a presencia mediática se refiere. El Partido Popular, como partido estatal, también sale perjudicado pero como quiera que sus opciones en Euskadi son prácticamente nulas, es muy probable que se centren en Galicia donde después de 4 años de gobierno bipartito entre el PSOE-PSdeG y el BNG tienen claras opciones de recuperar el poder que ostentó Fraga durante 16 años; un poder, eso sí, que sólo sería suyo si consiguiesen la mayoría absoluta.